viernes, 14 de diciembre de 2018

i wish the old cure

era 1986, mi primer año en la universidad, un sitio al que había ido por inercia y yo estaba luchando conmigo mismo ante mi incapacidad para controlar mi mente y obligarla a centrarse en las materias de la carrera y sufriendo por el exceso de responsabilidad que suponía esta incapacidad. por supuesto, había más elementos en la ecuación, como que la carrera (físicas) era complicada, me había mudado a una nueva ciudad sin más amigos que mis compañeros de piso, a los que conocía del colegio pero poco más (y, por suerte, no tuvieron problema en incluirme en algunos de sus planes), había algún amor no correspondido (algo muy frecuente en mí en aquella época) y, por tanto, estaba sumido en un cóctel oscuro de decepción, rechazo y fracaso. poco antes, un buen amigo me había grabado una cinta de 90 (poco hay más vintage que las TDK de 90) con dos discos, uno por cada cara: "once upon a time", de simple minds, y "the head on the door", de the cure. por entonces, solía oír la cara de simple minds y saltarme la de the cure hasta que, un día, bastante oscuro, por cierto, ya atardeciendo, metido en mis tinieblas, sentado en el sillón y con la luz de la habitación apagada, di la vuelta a la cinta y, en ese momento, en ese preciso momento, conecté. ese lenguage, musical, letrístico, tenía que ver con algo que sentía, y a partir de entonces the cure pasó a ser mi banda favorita. siguió el "standing on a beach", con sus maravillosas caras b incluidas, el "kiss me, kiss me, kiss me" y el "disintegration" (con la inigualable "homesick" en su versión cinta, que no en vinilo, qué gran decepción tuve cuando me enteré de que en la cinta existía esa maravilla), además de conseguir (en TDKs, por supuesto, grabadas) los  discos anteriores ("three imaginary boys", "seventeen seconds", "faith", "pornography", "siamese twins") y quemarlos, prácticamente (algo menos "the top").

entonces, tras unos años intensos (1986-1992), la magia murió, justo con la salida de su disco probablemente más existoso, "wish". ¿por qué?

sería difícil describirlo, el wish tiene grandes canciones, tiene grandes momentos instrumentales pero... algo había cambiado. fue el primer álbum de the cure que no me sorprendió en absoluto, sí me enseñó muchas cosas, musicalmente, aún, mas no me aportó nada diferente. recuerdo el kiss me, álbum doble de canciones originales, no muy usual en aquella época, pero con una variedad destacable. el disintegration, con su sonido impresionante, esos teclados atmosféricos o íntimos dependiendo de la canción, todo era como "guau, fíjate en esto, es increíble"... pero no recuerdo nada de eso del wish. imagino que, para alguien que descubriese a the cure en ese disco, sería  lo que es, un gran disco, pero para mí fue un poco más de lo mismo. ninguna novedad, nada reseñable, simplemente un disco nuevo de the cure.

¿cambió the cure? supongo que sí, a partir de la salida de tolhurst, incluso al tratar de integrarse con el nuevo siglo, en un entorno en el que la música de baile, el sonido manchester y el shoegaze estaban enterrando los 80. ellos mismos, en ese disco, eliminaron el artículo "the". toda una declaración de intenciones: oye, ya no somos los mismos. ahora somos robert smith y sus amigos. es cierto que siempre fue así, pero tengo la sensación de que, a partir del wish, se dedicaron sólo a hacer canciones, y es que en el disco experimentan con los sonidos, pero no con las canciones en sí mismas. a ver, nadie esperaba la locura de "the top", por supuesto. yo siempre digo que en el wish, y a partir de "a letter to elise", que es un pedazo de canción, muere el cure banda y nace el robert smith cantautor. y, a partir del wish, ya no intentan hacer cosas nuevas, sólo canciones nuevas. buenas o malas, pero canciones.

¿cambié yo? probablemente, todos cambiamos, pero sí que recuerdo esperar el nuevo disco con el ansia con que esperamos el disintegration, y ponerlo, ponerlo muchísimo, pero quedarme insatisfecho. lo vuelvo a oír, con el tiempo, y digo, "jo, está muy bien". y, sin embargo, me cansa rápido. esto que me pasaba en algunas canciones del kiss me o incluso del disintegration, aquí es generalizado. los trozos instrumentales no me aportan nada, las melodías, salvo honrosas excepciones, son las de siempre, temas excesivamente largos con letras excesivamente largas (eso tampoco es nuevo en the cure, mira "charlotte sometimes"), quizás llegó un momento en que yo ya conocía demasiado lo que iba a pasar en una canción de the cure, porque había aprendido a producir mis canciones destripando las suyas y, aparte de armonías como los acordes alterados de high, la inversión del bajo de elise, y cambios de tonalidad en esas mismas canciones, no tenía mucho más que sacar. pienso en el head on the door, y veo la diferencia, pero claro, fue el primero que oí... echo de menos bases rítmicas reconocibles, bajos que sustentan la canción, trozo instrumentales con personalidad propia, no sé, muchas cosas...

después del wish, the cure ya no consiguió fans nuevos. el siguiente disco era bastante mediocre ("wild mood swings") y para los siguientes ya se había desenganchado tanto de sus viejos fans como de la corriente musical. se quedó en su nicho y, salvo con la genial idea de emparentar al bloodflowers con el pornography y el disintegration (y sí, lo mismo, es un buen disco) para recuperar a sus antiguos seguidores, no volvió a dar señales de creatividad. y se apagó. su último disco de estudio es de 2008. eso es bastante clarificador. a partir de entonces, con todo el revival de viejas bandas, sus antiguos fans siguen llenando sus conciertos, en solitario o en festivales, porque suenan más o menos como siempre, y porque los recordamos con nostalgia y con las sensaciones de la juventud perdida. aunque de un modo diferente, más como si fuera un grupo tributo que esperando a que nos sorprendan. estabilidad en la mediana edad de su mayor parte de fans.

por eso, desde 1992, quedé huérfano de the cure, aún oyendo los nuevos discos. y quizás por eso me decanté, en la brit-lucha, por blur, porque era el único grupo que, de un disco a otro, de una canción a otra, podía desconcertarte (sobre todo hasta el "blur"). y luego, la nada. todo es como se espera. the cure trajo a mi órbita musical creatividad, oscuridad y, contrariamente a su primer nombre, una cura contra lo anodino nada fácil, nada fácil de digerir a ratos, nada fácil de imitar en otros. desde que ese influjo se apagó, no he encontrado una conexión similar con nada. podría decir que al llegar a ellos en la juventud me caló más hondo, es posible, pero sigo esperando, sigo oyendo las propuestas, y no tengo repuesto para ellos. quizás portishead, sobre todo el "dummy", sea lo que más se me haya acercado, pero desde la llegada del nuevo siglo, el vacío.

así que sigo echando de menos el viejo cure, no por nostalgia, porque ése sigue vivo, en las grabaciones e incluso en los conciertos, sino por algo más. ese algo más que, hoy por hoy, me resulta tan difícil encontrar en la música y que, estoy seguro, está por algún lado pero todavía no sé dónde se esconde.

y bueno, intentando hacer lo mismo del único modo que se puede hacer: intentando algo diferente.


***

addendum: como mi memoria es frágil, me había olvidado de hablar de radiohead. llegué tarde a ellos, y sí que tuve una especie de epifanía un día en concreto oyendo el "hail to the thief", en un estado también mental apropiado. hice revisionismo de sus discos anteriores (lo siento, me gustaban más los más cercanos al citado), pero la evolución de la banda fue excesivamente innovadora para mí, aparte de que por su nivel musical a ratos me resultan incomprensibles porque mi cabeza de compases 4/4 y escalas homogéneas sufre con esas cosas. aún así, sería injusto no mencionarlo, porque fueron también parte importante de mi vida y de mi evolución artística en los años siguientes. sé que todos pensaréis "hay discos mejores de radiohead", y probablemente tengáis razón. para mí no, pero claro, es que esto es todo subjetivo, ¿no?

espero no tener que añadir más notas. ejem.

jueves, 19 de marzo de 2015

se diluye, se me escapa, se evapora...

¿qué hubiera pasado sí...?

siempre nos hacemos esta pregunta, a toro pasado, cuando algo ya no tiene vuelta atrás. siempre pensamos que las cosas podrían haber sido muy diferentes, que habría podido dar un giro dramático a nuestra situación vital si hubiera pasado tal o tal cosa. el caso es que no sabremos si estábamos equivocados o no, porque ya nunca se resolverá esta incógnita.

¿qué hubiera pasado si walden dos hubieran tenido éxito? no digo de que lo conozcan los cuatro hipsters que ya tenían las maquetas de no sé qué banda de baltimore antes de que existiera, sino éxito de los que aparecen en letras gordas en los carteles de los festivales, de ésos que tienen chicos fortachones con camisetas negras que cargan, descargan y prueban sonido mientras la banda está en su camerino, digamos, acicalándose. pues parece que ya nunca lo sabremos, porque con su adiós walden dos no deja ya posibilidad de respuesta.

atrás quedan los tiempos en los que teníamos ganas de hacerlo todo a la vez, empezar y reinventarnos, en los que meter casi cien personas en una sala nos parecía ya casi una consagración, en los que tocar en un escenario grande era toda una experiencia religiosa, aunque la masa enfervorecida quisiera ver a otro grupo. atrás queda el día en que parecía que sería complicado reinventarse con un miembro menos tras mi propia salida, y sin embargo editaron otras dos grabaciones elegantes y majestuosas, a mi entender mejores y más maduras, entraron dentro del circuito alternativo madrileño y hasta sonaron en esa radio gurú para cualquier grupo alternativo. una buena historia para la que ha sido una buena banda. hasta hoy.

nunca sabremos si las cosas habrían sido distintas de otro modo, si su final se habría acercado por las mismas razones o si habría sido antes o después por otras, o si no habría tenido final. porque uno se piensa que el éxito ya lo es todo, pero, ¿qué habría quedado de todo lo demás? ¿qué habría quedado de todos esos momentos que eran los realmente importantes? porque yo, al menos, es lo que recuerdo de mi paso por la banda: grandes vivencias, algunas verdaderamente divertidas, experiencias compartidas que nos hicieron crecer como músicos y como personas, en su mayoría positivas, al menos en mi memoria. y estoy seguro de que después también fue así. porque uno de los dos parámetros básicos de walden dos, aparte de la intención creativa, siempre fue esa sensación de ser colegas haciendo música, y no músicos haciéndose colegas.

walden dos cierra su última página, y aunque llevo unos años ya fuera, me sigue dando la misma pena que si siguiera dentro. pero la vida son etapas, y al parecer ésta ya estaba cumplida. ¿tener éxito? quizás en el fondo se ha tenido éxito, porque el éxito no siempre es vender discos, o llenar estadios. probablemente el éxito sea algo más relativo a lo personal. y en ese sentido creo que la trayectoria creativa y humana de walden dos se puede calificar así, de exitosa. otra cosa es que alguien, dentro de veinte años, se acuerde de quiénes eran los walden dos. nosotros, evidentemente, sí nos acordaremos, y creo que lo haremos con una sonrisa franca. al menos, ésa es mi sensación.

con mi espíritu de diógenes, soy de los que piensan que, cuando un proyecto se acaba, realmente no muere, sino que sólo se echa a dormir. aunque quizás nunca despierte ya más, en nuestro interior, seguirá latente, mientras exista en nuestro recuerdo. hasta que el último de los que lo ha conocido termine de olvidarlo. hasta que se diluya, se nos escape, se evapore.

por eso no puedo decir adiós.

dulces sueños, walden dos.

lunes, 16 de febrero de 2015

el gran tomo

hubo un tiempo en que empecé a componer canciones como desahogo, sólo para mí. y cada vez que mostraba alguna a alguien solía resultar en fracaso, por la razón que fuera, no voy a entrar en eso ahora. evidentemente, esto no me desanimó de seguir escribiendo canciones a cientos, pero sí que me hizo remiso a mostrárselas al mundo, no porque el mundo no estuviera preparado para tan excelsas obras, sino, simplemente, para no pasar malos ratos.

posteriormente sí que tuve alguna aceptación con alguna de ellas, eso empujó algo mi autoestima, pero no lo suficiente como para creer que habría alguien a quien le apeteciese venir a verme tocar canciones, y mucho menos pagar por ellas (menuda locura). descartado el modo cantautor, he ido recalando en bandas, una tras otra, y puedo decir que es bastante curioso el modo en que la creatividad compartida afecta al resultado, cambiándolo absolutamente, la mayoría de las veces mejorándolo. obviamente, este tiempo también trajo consigo unas cuantas canciones, que por ahí andan rondando.

así que el otro día estuve pensando en hacer un gran tomo, algo así como el libro gordo de petete, e imprimirlas, con sus acordes, claro, que uno ya no tiene memoria, y de este modo poder tenerlas disponibles para poder tocarlas en cualquier momento en cualquier lugar. incluso pensé en hacer una especie de ciclo, por épocas, por proyectos, por estilos. y no digo que no haga algún día dicho tomo, pero, al final, cada vez que toco una de esas canciones, sea de 1984 o de 2012, siempre tengo la misma impresión: a quién coños le va a interesar esa cosa.

al final, probablemente, esas canciones queden, como empezaron, sólo para mí. admito que me da un poco de pena, pero en el fondo no son tan buenas. es como las fotos de un viaje de novios: si no es el tuyo, te da un poco igual lo que salga en esas imágenes.

ahora que, si preparo ese tomo, no debería dejarlo cerrado. quién sabe si un día de éstos me da por volver a componer. al fin y al cabo, todo es cuestión de tiempo.

martes, 16 de diciembre de 2014

esas grabaciones

creo que fue en el año 2004, aunque no estoy seguro del todo, cuando grabé la maqueta del primer "stormy rooms", del proyecto llamado, por aquel entonces, "goodbye, silver planes". fue algo un poco extraño, tenía esas canciones compuestas en inglés y corregidas por un par de amigas a las que iba a ir a ver en un par de semanas, así que hice una primera grabación con guitarra y voz. a falta de una semana para mi visita, decidí que, vale, las iba a arreglar un poco más. y eso hice.

durante cuatro días estuve programando baterías (obviamente, sin casi redobles), grabando bajos, guitarras y segundas voces, mezclando y medio masterizando. todo esto saliendo de trabajar a las ocho de la tarde y acostándome a lo más tardar a la una. calculen, todo un récord. y ahí está el resultado: una auténtica chapuza. eso sí, bastante entrañable.

eso me hace volverme a las primeras grabaciones, que hacíamos por aire, o con doble pletina, o incluso con dos cassettes y por aire para añadir instrumentos. llenas de ruido y miserias, hasta que llegó el fabuloso cuatro pistas; ahí ya empezamos a hacer las cosas un poco - que no mucho - mejor. aún así, el resultado era más o menos satisfactorio para nuestro nivel de ignorancia y manoplismo (dícese del que es tan torpe que parece que lleva siempre manoplas).

pero no fue así para siempre. llegaron los ordenadores, la capacidad de corregir errores, repetir mezclas, copiar y pegar... y ejercitamos algo el oído, he de aceptar - en mi caso, a duras penas. excelentes programas nos permitían conseguir cada vez resultados mejores, y ahora nuestras maquetas se podían escuchar en lugares públicos sin sentir vergüenza ajena por uno mismo. ¿y qué ocurrió con todo esto?

antiguamente grabar era cuestión de un momento, te pones y ya, o unas horas. en la época de "las hadas", grabábamos las maquetas prácticamente a la vez que las tocábamos. ahora todo se hace eterno, miles de cosas que ajustar, y sí, un resultado muchísimo mejor, pero dilatándose cada vez más en duración.

hoy por hoy, grabar se hace más que complicado. sin apenas tiempo para ello, y cuando lo hay siempre surge algo, lo que prometía ser algo rápido se convierte en una tarea faraónica. es cierto, probablemente lo que se consiga sea cien veces mejor que aquello que hacíamos con los cassettes, pero de vez en cuando, bueno, bastante a menudo, me acuerdo de aquellas cintas a las que le daba al record y me ponía a tocar. incluso, en ocasiones, sin haber compuesto antes la canción.

creo que no todos valemos para técnicos de sonido. pero no se preocupen, hay muchas otras cosas para las que no valgo y, sin embargo, termino saliendo del paso. siempre es más divertido para uno mezclar y masterizar una maqueta que montar una cocina o cambiar la rueda al coche.

y qué demonios, mucho más gratificante. sobre todo cuando el final se acerca.

lunes, 7 de julio de 2014

bandas olvidadas

soy una persona nostálgica por naturaleza, lo cual contrasta bastante con mi ya mítica memoria de pez, y por eso me ocurre que muchas veces revisito grabaciones antiguas, canciones casi olvidadas, porque formaron parte de mi vida un tiempo. también me pasa con algunas de las bandas en las que estuve, no lo voy a negar, aunque con unas más que con otras. supongo que tiene que ver con varios factores, pero creo que en mi caso el más determinante es el de lo que me pudo quedar por decir. supongo que cuando una vía se agota, no da lugar a la añoranza, pero cuando sientes que algo estaba aún en la fase de crecimiento, y que lo mejor que podías aportar aún estaba por llegar, quizás sí se recuerda de otra manera. igual que aquellas canciones que se hicieron de aquella manera y nunca tuvieron el tratamiento debido. cuántas veces habré pensado en regrabar todo con los medios y el respeto debido. y luego nada.

así me ocurre que, de vez en cuando, piense en reflotar alguno de aquellos proyectos, hasta que se pasa el primer subidón de emoción y se da uno cuenta de que no hay modo de hacerlo, y no tiene más sentido que rememorar, porque ya nunca podrá ser lo que no fue en su momento. entonces da un poco de pena, porque sabes que algo de un tremendo potencial ya no volverá. la misma sensación de impotencia que frente a los acontecimientos irreversibles. y te arrepientes de algunas cosas, y odias que hayan pasado algunas otras. pero al final los caminos se andan, se cruzan, y unos antes que otros se terminan.

luego siempre vuelven las ganas de hacer cosas nuevas, de demostrar que puedes conseguir algo igual o mejor, día tras día. que sí, que aquellos años no regresarán, pero ahora sabes más, tienes más experiencia y haces muchas cosas mejor. es una suerte poder, cada cierto tiempo, tener un proyecto interesante en el que volcar la creatividad. supongo que si fuera un músico al uso me daría un poco igual, con tocar buenas canciones aunque sean de otros debería estar satisfecho. pero no. ése no es mi estilo. quizás por eso nunca he deseado tocar en bandas a las que admiro.

así que mi vida musical se compone de recuerdos y proyectos empezados o por empezar, todo un mar de planes inconclusos. pero no está mal, porque al menos es auténtico, aunque no llegue a ninguna parte. 

¿no habíamos quedado en que lo importante era disfrutar del camino?

miércoles, 30 de abril de 2014

entretenimiento

dales lo que pidan, y así te harás rico. en esto se resume lo que podríamos decir que es el negocio del entretenimiento. evidentemente, todos vemos la 2, pero la audiencia dice que los todos que decimos que la vemos hacemos muy poco caso a la tele y además somos un reducto de galos - a la par que una pandilla de mentirosos. el resultado es que la amplia mayoría se distrae con una u otra cosa de nivel creativo, intelectual y artístico ya no bajo, sino soterrado. la gente no quiere pensar, es entretenimiento, y por eso cualquier bazofia que no requiera esfuerzo les basta. probablemente también quieran salir durante un rato de sus vidas, admitamos que la de la mayoría de las personas no es ni la mitad de emocionante que uno de esos documentales de la 2... el entretenimiento consiste en eso, entretenerse, sin más. reírse de otros, emocionarse por otros, esas cosillas.

evidentemente, también depende de las personas. porque eso que entretiene a unos a otros les resulta irritante. pero ya es otro tema diferente. quedémonos en que el entretenimiento es pasar el rato, sin más.

y ése es el problema de la música, no sé si en todos los países, al menos en éste sí. aquí la música es entretenimiento, y tanto nos da que sea buena o mala, creativa o no, si nos distrae. igual que uno no va al museo a pasar el rato, tampoco se pone a escuchar música con la intención de degustar sus detalles para pasar el rato. digamos que esto de escuchar música con delectación es una cosa cultureta, como ir a una expo o a un recital de poesía, comprarse unos cómics (perdón, novela gráfica) o ver series en v.o., es decir, lo que normalmente consideramos gafapastismo. yo lo admito sin decoro, todas éstas son cosas que a mí me llena hacer, así que podéis empezar a tirarme piedras. en la cabeza no, que soy un intelectual.

así que es lo que hay, no se puede pedir que haya más de lo que a algunos nos gustaría oír, porque no hay mercado para más. siempre habrá más entretenimiento que cultura, porque da más dinero, y en lo que a música se refiere también. y en cine, literatura, y cualquier campo que se le pueda ocurrir a uno. el negocio es el entretenimiento, no la cultura. la cultura es algo que ayuda a uno a crecer, el entretenimiento a olvidarse de sí mismo.

lo genial sería que ambos se uniesen en uno, pero eso es un concepto poco extendido, al menos, en lo que yo conozco. mientras esperamos que eso ocurra, en vano, os dejo como recomendación oír los discos de los chameleons de los 80. también existía el indie en aquella época, aunque era distinto. y eso también es otra historia de culturetas, en este caso de culturetas un poco abueletes, y no viene ahora al caso, que al fin y al cabo estamos aquí para pasar el rato.

menos yo, que soy un cultureta.

lunes, 3 de febrero de 2014

la salida del armario del indie

últimamente parece que está de moda salir del armario del indie y decir "no, si yo no soy indie, yo intento gustar al mayor número de personas". grupos, e incluso algún que otro festival, se apuntan a esta nueva moda. y claro, los que siempre están en la punta de la moda se tiran de los pelos. ¿cómo se puede decir eso? ¿a dónde hemos llegado?

el problema es que parece que ser indie es un estilo, o incluso un destino, cuando en realidad es un medio. nadie que haga música, o pocos y muy concretos, tienen intención de gustar a un poblado de galos irreductibles. sí, principalmente te interesa atraer a la gente que le gusta la misma música que a ti, o el mismo cine, o la misma ropa. pero eso no quiere decir que no desees que tu música le guste a tu primo, a la cajera del supermercado, o al director de tu banco. porque, en realidad, lo que mola es poder dar conciertos, que vayan más de cuatro personas, que la gente te aplauda, y si es posible poder vivir de ello. Ya, si no es mucho pedir, vivir bien y, por qué no, hacer una gira por europa y los estados unidos. ah, no, los indies no quieren eso.

la diferencia entre el "indie" y el "mainstream" es sólo el modo de hacer las cosas, no el resultado. la diferencia es "hago lo que me gusta / intento hacer algo creativo / intento hacer algo digno" o "hago lo que usted me diga con tal de ser famoso y salir en todas las portadas". porque ésa es la diferencia principal entre la independencia y la comercialidad, intentar hacer productos diferentes, creativos, aún a costa de que no salgan nunca adelante, teniendo que autoproducirlos o recurrir a pequeñas productoras, tocando en bares casi vacíos, sin renunciar a tu estilo o tus gustos, defendiendo una apuesta, porque eso es lo que importa, y no lo otro. pero claro, eso no quiere decir que, si tu apuesta funciona, si de repente triunfas, te pongas a llorar por las esquinas. no. el indie consiste en intentar demostrar una y otra vez a la gente que hay algo mejor que lo que escuchan habitualmente, que se puede disfrutar de algo que normalmente no está a la vista por culpa de las radiofórmulas y el terriblemente industrializado imperio de la música. pero no supone, o al menos yo lo creo así, negarse a triunfar. sería idiota construir un mensaje y evitar que llegue al mayor número de gente.

hoy por hoy la mayor parte de los grupos indies que circulan por aquí no viven de su música. ¿les gustaría hacerlo? por supuesto. pero son indies por eso, porque intentan hacer a su manera lo que les llena, y porque poder vivir de la música en este país sólo está al alcance de los superventas. los festivales, las radios alternativas y los nuevos medios de difusión han facilitado un poco el alcance de este olimpo a algunas bandas provenientes del círculo independiente. y yo me alegro por ellos, aunque no tanto como ellos se alegran. aún así, parece que esto sigue siendo una historia de "nosotros o ellos", cuando en realidad la música, como el arte o la literatura, no son eso. son algo que tiene el maravilloso poder de llegar a personas tan diferentes que uno se sorprende cuando se da cuenta. y se nos llena la boca hablando de grupos indies británicos o americanos cuando resulta que allí ya son de masas. hay tanta tontería alrededor de esto, que da hasta pereza tratar de convencer a nadie. allá vuestro indie, que yo me quedo con el mío.

habría que terminar con el uso del término indie como género. musicalmente no tiene sentido, ya que mete en el mismo saco tendencias dispares. por eso mismo, no tiene nada de malo ser indie e intentar gustar al máximo número de gente, siempre que ello no sea a costa de perder la independencia creativa (que, al fin y al cabo, es la esencia de la dichosa palabra). los grupos indies foráneos llenan estadios. y sí, alguno se pasa de indie precisamente por eso, porque puede. hay que haber triunfado mucho para llegar a ese estado.

pero, en el fondo, lo que importa es la música, disfrutar de hacerla o de escucharla. el resto son bobadas que, con un poco de suerte, en unos cuantos años, dejarán de tener importancia. 

no es eso lo que perdura. sí las canciones. tengámoslo claro.